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Causas del dolor de cadera e  ingle

Causas del dolor de cadera e  ingle

Introducción

El dolor de cadera e ingle es una afección que puede afectar a personas de todas las edades y niveles de actividad física. Este dolor puede ser debilitante y limitar nuestras capacidades cotidianas, además de ser un síntoma de diversas condiciones médicas. En este artículo, exploraremos las causas más comunes del dolor de cadera e ingle, lo que lo desencadena y cómo se puede tratar. Como médicos deportivos profesionales, estamos aquí para brindarte información precisa y útil que te permita comprender y abordar este problema de salud.

Lesiones deportivas

Una de las causas más frecuentes del dolor de cadera e ingle son las lesiones deportivas, especialmente en aquellas personas que practican actividades de alto impacto o que requieren movimientos bruscos o repetitivos. Algunas de las lesiones deportivas más comunes que pueden provocar este tipo de dolor son:

  • La distensión muscular o el desgarro de los músculos o tendones que rodean la cadera o la ingle, como el psoas, el recto anterior, el sartorio o los aductores. Estas lesiones se producen por un estiramiento excesivo o una contracción violenta de estas estructuras, y se manifiestan con dolor, inflamación, hematoma y dificultad para mover la pierna afectada.
  • La bursitis o la inflamación de las bursas, que son unas bolsas llenas de líquido que facilitan el deslizamiento de los tendones sobre los huesos. La bursitis puede afectar a diferentes zonas de la cadera, como la trocantérea, la iliopectínea o la isquiática, y se caracteriza por un dolor profundo y punzante que se irradia hacia la ingle o el muslo. La bursitis suele estar relacionada con el sobreuso, el trauma o la infección de las bursas.
  • La tendinitis o la inflamación de los tendones que conectan los músculos con los huesos. La tendinitis puede afectar a diferentes tendones de la cadera o la ingle, como el del psoas, el del recto anterior, el del glúteo medio o el del aductor mayor. El dolor suele ser agudo y localizado en el punto de inserción del tendón, y se agrava con el movimiento o la palpación.
  • La pubalgia o la inflamación de la sínfisis púbica, que es la articulación que une los dos huesos pubianos. La pubalgia se produce por un desequilibrio entre los músculos abdominales y los aductores, que tiran en sentidos opuestos y generan una tensión excesiva en esta zona. El dolor suele ser crónico y difuso, y se extiende desde el pubis hacia la ingle, el abdomen o el escroto.

El diagnóstico de las lesiones deportivas se basa en la historia clínica, la exploración física y las pruebas de imagen, como la radiografía, la ecografía o la resonancia magnética. El tratamiento depende del tipo y la gravedad de la lesión, pero suele incluir medidas como el reposo relativo, la aplicación de frío o calor, los antiinflamatorios, los analgésicos, las infiltraciones, la fisioterapia o la cirugía.

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Artrosis de cadera

La artrosis de cadera es una enfermedad degenerativa que afecta al cartílago que recubre la superficie articular de la cabeza del fémur y del acetábulo. El cartílago se va desgastando progresivamente y provoca una fricción entre los huesos, lo que genera dolor, rigidez e inflamación. La artrosis de cadera es más frecuente en personas mayores de 50 años, obesas o con antecedentes familiares.

El dolor suele ser constante y profundo, y se localiza en la zona lateral o anterior de la cadera. El dolor se irradia hacia la ingle, el muslo o la rodilla, y se intensifica con el movimiento, el apoyo o el cambio de posición. La rigidez limita el rango de movimiento de la cadera y dificulta actividades como caminar, subir escaleras o calzarse.

El diagnóstico se realiza mediante una radiografía simple que muestra el estrechamiento del espacio articular, la formación de osteofitos o espolones óseos y la esclerosis o endurecimiento del hueso subcondral. El tratamiento tiene como objetivo aliviar el dolor, mejorar la movilidad y frenar el avance de la enfermedad. Para ello, se pueden emplear medidas como el control del peso, el ejercicio moderado, los antiinflamatorios, los condroprotectores, las infiltraciones o la prótesis de cadera.

Hernia inguinal

La hernia inguinal es una protrusión o salida de una parte del intestino a través de un orificio o debilidad en la pared abdominal. La hernia inguinal puede ser congénita o adquirida, y suele estar favorecida por factores como el aumento de la presión intraabdominal, el esfuerzo físico, el estreñimiento, la tos crónica o el embarazo.

El síntoma más característico es la aparición de un bulto o abultamiento en la zona de la ingle, que puede aumentar de tamaño al toser, agacharse o hacer fuerza. El bulto suele ser blando y reductible, es decir, que se puede reintroducir dentro del abdomen con una leve presión. Sin embargo, en algunos casos, la hernia puede complicarse y estrangularse, lo que impide su reducción y provoca un dolor intenso, inflamación, enrojecimiento y fiebre.

El diagnóstico se basa en la exploración física y las pruebas de imagen, como la ecografía o la tomografía computarizada. El tratamiento definitivo es la cirugía, que consiste en reparar el defecto de la pared abdominal y colocar una malla para reforzarla. La cirugía puede realizarse mediante una incisión abierta o por laparoscopia.

Síndrome de pinzamiento femoroacetabular

El síndrome de pinzamiento femoroacetabular (SPFA) es una alteración en la forma o el movimiento de la articulación de la cadera que provoca un contacto anormal entre el fémur y el acetábulo. Esto genera un roce excesivo que daña tanto al cartílago como al labrum acetabular, que es un anillo fibrocartilaginoso que rodea al acetábulo y ayuda a estabilizar la cadera.

Existen tres tipos de SPFA según la zona donde se produce el pinzamiento:

  • Tipo CAM: hay un exceso de hueso en la cabeza o el cuello del fémur que choca con el borde del acetábulo al flexionar o rotar la cadera.
  • Tipo PINCER: hay un exceso de hueso en el borde del acetábulo que atrapa al fémur al flexionar o rotar la cadera.
  • Tipo MIXTO: hay una combinación de los dos tipos anteriores.

El síntoma principal del SPFA es el dolor en la ingle, que puede extenderse hacia el glúteo o el muslo. El dolor suele aparecer al realizar actividades deportivas que implican movimientos repetitivos o extremos de la cadera, como correr, saltar, patear o agacharse. También puede haber dolor al estar sentado durante mucho tiempo o al levantarse de una silla. Además del dolor, puede haber limitación del movimiento, rigidez, chasquidos o bloqueos de la cadera.

El SPFA es más frecuente en personas jóvenes y activas, especialmente en deportistas. Entre los factores de riesgo se encuentran las anomalías congénitas o adquiridas de la cadera, los traumatismos previos, el crecimiento óseo excesivo durante la pubertad o la práctica de deportes de alto impacto.

El diagnóstico del SPFA se basa en la historia clínica, la exploración física y las pruebas de imagen, como radiografías, ecografías o resonancia magnética. El tratamiento tiene como objetivo aliviar el dolor, mejorar la función y prevenir el desarrollo de artrosis. Para ello se pueden emplear medicamentos analgésicos y antiinflamatorios, infiltraciones intraarticulares de corticoides o ácido hialurónico, fisioterapia, ejercicios terapéuticos y modificaciones de la actividad deportiva. En los casos más severos o cuando el tratamiento conservador no es suficiente, se puede recurrir a la cirugía para corregir el defecto óseo que causa el pinzamiento.

Distensión muscular de la ingle

La distensión muscular de la ingle es una lesión que afecta a los músculos aductores, que son los que se encargan de acercar la pierna hacia el cuerpo. La distensión se produce cuando estos músculos se estiran más allá de su capacidad normal, lo que provoca desgarros en sus fibras. Esto genera inflamación, dolor y dificultad para mover la pierna.

El síntoma principal de la distensión muscular de la ingle es el dolor en la parte interna del muslo, cerca de la zona donde se une con el pubis. El dolor suele aparecer de forma súbita al realizar un movimiento brusco o forzado de la pierna, como correr, saltar, cambiar de dirección o hacer un esfuerzo excesivo. El dolor puede variar desde una molestia leve hasta un dolor intenso que impide caminar. También puede haber hinchazón, hematomas o debilidad muscular.

La distensión muscular de la ingle es más frecuente en personas que practican deportes que implican movimientos rápidos o explosivos de la pierna, como fútbol, baloncesto, hockey o atletismo. Entre los factores de riesgo se encuentran el calentamiento insuficiente, la falta de flexibilidad o fuerza muscular, la fatiga o el sobreentrenamiento.

El diagnóstico de la distensión muscular de la ingle se basa en la historia clínica, la exploración física y las pruebas de imagen, como ecografías o resonancia magnética. El tratamiento tiene como objetivo aliviar el dolor, reducir la inflamación y favorecer la cicatrización muscular. Para ello se pueden emplear medicamentos analgésicos y antiinflamatorios, hielo local, reposo relativo y vendaje compresivo. Una vez que el dolor haya disminuido, se puede iniciar un programa de fisioterapia y ejercicios terapéuticos para recuperar la movilidad, la flexibilidad y la fuerza muscular. El retorno a la actividad deportiva debe ser gradual y supervisado por un profesional.

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Otras causas del dolor de cadera e ingle

Además de las causas mencionadas anteriormente, existen otras posibles causas del dolor de cadera e ingle, que pueden ser más raras o menos específicas. Algunas de ellas son:

  • Hernia inguinal: es una protrusión del contenido abdominal a través de un punto débil en la pared inguinal. Puede provocar dolor en la ingle que se intensifica al toser, estornudar o hacer esfuerzo. También puede haber un bulto palpable en la zona afectada.
  • Cálculos renales: son masas sólidas formadas por cristales que se originan en los riñones y pueden obstruir las vías urinarias. Pueden provocar dolor intenso en el costado que se irradia hacia la ingle y los genitales. También puede haber sangre en la orina, náuseas o fiebre.
  • Infecciones: pueden afectar a diferentes órganos o tejidos cercanos a la cadera o la ingle, como el hueso (osteomielitis), la articulación (artritis sética infecciosa), el músculo (miositis), el tendón (tendinitis), la piel (celulitis) o el aparato reproductor o urinario (prostatitis, epididimitis, salpingitis, cistitis, etc.). Pueden provocar dolor en la cadera o la ingle que se acompaña de otros signos de infección, como fiebre, enrojecimiento, calor o supuración.
  • Tumores: pueden originarse en los huesos o los tejidos blandos de la cadera o la ingle, o bien ser metastásicos de otros órganos. Pueden provocar dolor persistente que no mejora con el reposo y que puede empeorar por la noche. También pueden haber otros síntomas generales, como pérdida de peso, anemia o fatiga.

Preguntas frecuentes

¿Qué especialista debo consultar si tengo dolor de cadera e ingle?

Dependiendo de la causa del dolor, puede ser necesario consultar a diferentes especialistas. Algunos de ellos son:

  • Traumatólogo: es el médico que se ocupa de las enfermedades y lesiones del aparato locomotor, incluyendo las articulaciones, los huesos, los músculos y los tendones. Puede tratar la artrosis, el SPFA, la distensión muscular o los tumores óseos.
  • Reumatólogo: es el médico que se ocupa de las enfermedades inflamatorias y autoinmunes que afectan al aparato locomotor y a otros órganos. Puede tratar la artritis séptica o las enfermedades reumáticas que causan dolor de cadera e ingle, como la artritis reumatoide, la espondilitis anquilosante o el lupus eritematoso sistémico.
  • Urólogo: es el médico que se ocupa de las enfermedades del aparato urinario y reproductor masculino. Puede tratar las infecciones o los tumores que afectan a la próstata, el epidídimo o el testículo.
  • Ginecólogo: es el médico que se ocupa de las enfermedades del aparato reproductor femenino. Puede tratar las infecciones o los tumores que afectan al útero, las trompas de Falopio o el ovario.

¿Qué ejercicios puedo hacer para prevenir o aliviar el dolor de cadera e ingle?

Los ejercicios para prevenir o aliviar el dolor de cadera e ingle deben estar adaptados a cada caso y supervisados por un profesional. En general, se recomienda realizar ejercicios que mejoren la flexibilidad, la fuerza y la estabilidad de la cadera y los músculos adyacentes. Algunos ejemplos son:

  • Estiramiento de los aductores: sentado en el suelo con las piernas abiertas y las rodillas extendidas, inclinar el tronco hacia adelante hasta sentir un estiramiento en la parte interna de los muslos. Mantener la posición durante 15-30 segundos y repetir varias veces.
  • Estiramiento del psoas ilíaco: de pie con una pierna adelantada y la otra retrasada, flexionar ligeramente la rodilla adelantada y mantener la rodilla retrasada extendida. Inclinar el tronco hacia adelante hasta sentir un estiramiento en la parte frontal de la cadera retrasada. Mantener la posición durante 15-30 segundos y repetir varias veces con cada pierna.
  • Fortalecimiento de los glúteos: tumbado boca arriba con las rodillas flexionadas y los pies apoyados en el suelo, elevar la pelvis hasta formar una línea recta con el tronco y las piernas. Mantener la posición durante 5 segundos y bajar lentamente. Repetir varias veces.
  • Fortalecimiento de los abductores: tumbado de lado con las piernas extendidas y una encima de la otra, elevar la pierna superior unos 45 grados sin rotarla. Mantener la posición durante 5 segundos y bajar lentamente. Repetir varias veces con cada pierna.

¿Qué medicamentos puedo tomar para aliviar el dolor de cadera e ingle?

Los medicamentos para aliviar el dolor de cadera e ingle deben ser prescritos por un médico según la causa y la intensidad del dolor. Algunos de los medicamentos más utilizados son:

  • Analgésicos: son medicamentos que alivian el dolor sin afectar a la inflamación. Algunos ejemplos son el paracetamol, el tramadol o la codeína.
  • Antiinflamatorios no esteroideos (AINE): son medicamentos que alivian el dolor y la inflamación. Algunos ejemplos son el ibuprofeno, el naproxeno o el diclofenaco.
  • Corticoides: son medicamentos que alivian el dolor y la inflamación de forma más potente que los AINE. Pueden administrarse por vía oral, como la prednisona, o por vía intraarticular, como la triamcinolona.
  • Opioides: son medicamentos que alivian el dolor de forma muy eficaz, pero que pueden tener efectos secundarios graves, como adicción, somnolencia o estreñimiento. Se reservan para los casos de dolor severo que no responden a otros tratamientos. Algunos ejemplos son la morfina, la oxicodona o la fentanilo.

Conclusión

El dolor de cadera e ingle es una afección común que puede tener un impacto significativo en la calidad de vida. Comprender las causas subyacentes es crucial para abordar eficazmente este dolor. Como médicos deportivos, hemos explorado las causas más comunes, que van desde lesiones musculares y tendinosas hasta afecciones degenerativas como la artritis. También hemos destacado la importancia de la prevención y el tratamiento adecuado.

Si experimentas dolor en la cadera o la ingle, es esencial buscar la atención médica adecuada. La detección temprana y el tratamiento adecuado pueden ayudar a prevenir complicaciones y acelerar la recuperación. No ignores el dolor, escucha a tu cuerpo y toma medidas para mantener la salud de tus caderas y ingle.

En resumen, el dolor de cadera e ingle es un problema común, pero con la información correcta y la atención médica adecuada, puedes superarlo y volver a disfrutar de una vida activa y saludable.

¡No permitas que el dolor de cadera e ingle te frene! Obtén más información sobre las causas y el tratamiento en nuestro artículo completo.

Referencias

Libros:

  1. «Lesiones deportivas. Guía clínica» – de Xavier Alomar. Este libro se centra en lesiones deportivas y puede proporcionar información valiosa sobre lesiones musculares y tendinosas en la cadera e ingle.
  2. «Fisioterapia en ortopedia y traumatología» – de Fernando López-Ruiz. Un libro que aborda aspectos ortopédicos y traumatológicos, incluyendo el tratamiento y manejo de lesiones en la cadera e ingle.
  3. «Dolor de Cadera en el Adulto Joven» – de Ángel Calvo, Antonio Maestro y Alberto Martín. Este libro se enfoca en las causas y el tratamiento del dolor de cadera en adultos jóvenes.

Sitios Web:

  1. MedlinePlus – Dolor de Cadera: Un recurso en español de los Institutos Nacionales de la Salud de EE. UU. que proporciona información sobre el dolor de cadera y condiciones relacionadas.
  2. Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología (SECOT): El sitio web de la SECOT ofrece información sobre traumatología y ortopedia, incluyendo recursos sobre afecciones de la cadera.
  3. Clínica Mayo – Enfermedades y Afecciones: La Clínica Mayo proporciona información detallada sobre una amplia variedad de condiciones médicas, incluyendo problemas de cadera e ingle.
  4. Fisio-online: Un portal de fisioterapia en línea que puede contener información relevante sobre lesiones y rehabilitación en la cadera y la ingle.
  5. Cochrane España: Cochrane es una fuente confiable de revisiones sistemáticas de investigaciones médicas. Puede proporcionar datos actualizados sobre tratamientos y enfoques basados en evidencia para afecciones relacionadas con la cadera e ingle.

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